Sentir como vía de conocimiento y transformación
Desde los más lejanos albores de la filosofía, la eterna pregunta por lo que somos ha orbitado en torno a la razón. Desde la mente, se nos enseñó a pensar, a razonar, a argumentar… —buenas costumbres por desgracia hoy ya algo en desuso— y sin embargo, algo fundamental quedó fuera del mapa: la importancia de aprender a sentir.
Durante siglos, las emociones fueron vistas como lo opuesto al natural pensamiento. Lo irracional. Lo caótico. Lo que debía ser dominado o, en el mejor de los casos, corregido. Simples emociones fueron diagnosticadas como trastornos mentales por el simple hecho de que no encajaban en el orden natural de la lógica.
Solo a partir del segundo cuarto de siglo XX, la psicología —con las aportaciones de estudiosos como Edward L. Thorndike, David Wechsler, Howard Gardner, Peter Salovey y John D. Mayer, y autores como Daniel Goleman— ha comenzado a reivindicar el valor de las emociones como formas legítimas e inteligentes de procesar la realidad.
La Inteligencia Emocional, tal como la entendemos en el marco clásico, ha significado un paso importante: nos ha invitado a reconocer nuestras emociones, a comprender su influencia en nuestra conducta, y a desarrollar habilidades de autoconciencia, regulación, empatía y comunicación.

Pero, ciertamente, desde esta bitácora se propone ir más allá.
Este blog nace en el umbral donde la ciencia de la psicología se encuentra con la senda espiritual.
Es lo que llamamos Inteligencia Emocional Transpersonal.
La Inteligencia Emocional Transpersonal, no se trata simplemente de una ampliación teórica del concepto clásico conocido, sino de un profundo cambio de paradigma: pasamos de ver la emoción como una reacción, a entenderla como una manifestación del alma. En esta perspectiva, sentir no es un error del cuerpo, sino una vía de acceso a lo sagrado. Cada emoción es una clave simbólica que nos invita a una comprensión más profunda de nosotros mismos y de nuestro verdadero propósito existencial.
Estos textos, estas reflexiones publicadas a modo de “entradas de blog”, no son un tratado académico en el sentido estricto, aunque está sostenido por fundamentos conceptuales sólidos: se nutre de la psicología transpersonal, la filosofía perenne, las leyes universales según Gerardo Schmedling y otros grandes maestros, y la antigua tradición del autoconocimiento como vía de libertad interior, pero a la vez, se proponen como páginas vivas, inspiradoras, cercanas al corazón humano, al alma interior.
A lo largo de cada una de estas publicaciones, se entrelazan ideas, prácticas y reflexiones. Cada publicación del blog, es una estación de un viaje interior. Se abordarán emociones como el miedo, la rabia o la tristeza no como patologías a evitar, sino como maestros interiores, como arquetipos que revelan la distancia entre nuestra vida vivida y nuestra vida esencial.

La propuesta es radical a la vez que compasiva: aprender a habitar lo que sentimos. No para controlarlo, sino para comprenderlo, integrarlo y trascenderlo. Porque solo cuando abrazamos lo que somos —con nuestras luces y nuestras sombras— comenzamos a vivir desde una verdadera coherencia.
No se prometen soluciones fáciles. No las hay, pues no hay atajos en el camino del alma.
Pero siempre se intentará ofrecer una cartografía lúcida y amorosa, para todos aquellos quienes intuyen que la vida no se explica solo con la razón, sino que, más bien se revela, profundamente, en el arte de sentir con conciencia.
Te invito a recorrer estas páginas con mente abierta y corazón dispuesto.
“Porque quizá —como tú, como yo— hay muchos que no buscan teoría, sino una manera más humana, más honda y verdadera de estar en el mundo. Y tal vez, solo tal vez, al aprender a sentir de verdad, comencemos a recordar quiénes somos.”
Este es tu umbral. Si has llegado hasta aquí, es porque ya has empezado a recordar.
Bienvenido a este espacio donde sentir es sagrado y cada emoción, un umbral hacia ti mismo.
